Tercer partido de César Ferrando y tercer empate. Esta vez contra el Alavés, en Vitoria. A diferencia del último partido en Salamanca, ha sido el Gimnàstic el dominador claro de la primera parte. Tras un comienzo aburrido y lento, los granas se han hecho dueños del partido, gracias sobre todo a una defensa muy ordenada y el juego de bandas de Gorka y Campano. Este último ha sido el autor del gol, un auténtico golazo que ha entrado por la escuadra izquierda de Bernardo, el portero local. El Nàstic se adelantaba, pues, al marcador y aprovechaba este factor para jugar más cómodo, con más serenor y aprovechando las idas y venidas de Jandro, uno de los protagonistas del partido. Miku hubiera podido marcar el segundo en dos ocasiones, pero la defensa vasca ha conseguido rechazar los dos chuts. Con todo esto llegaba la media parte a Mendizorroza, con un buens sensaciones y con la percepción de que podía llegar la primera victoria de la era Ferrando. Pero los segundos 45 minutos han sido de claro color blanco-y-azul. Toni Moral, Sergio Fernández, Aganzo y compañía han decidido hacer de las suyos y han exasperado la línea defensiva grana, que se limitiva a rechazar pelotas largas, imposibles para los delanteros tarraconenses. Y así ha llegado el gol del empate, obra de Aganzo, que, sólo, ha rematado de cabeza. Y tras el gol el Alavés ha seguido la ofensiva, pero la entrada de Arpón y Pinilla ha ayudado a mantener más la pelota y a calmar el ritmo del partido. Justo lo que necesitaba el Nàstic para sumar su tercer partido consecutivo sin perder, pese a que dos han estado como visitante.