El Juvenil de Manel Cazorla cayó en el complicado campo del Ebro CD. Los tarraconenses se vieron superados por un conjunto local que juega muy cómodo en casa.
Los granas salieron el sábado muy nerviosos al campo conscientes del juego vertical de los aragoneses. En el minuto 5, en una jugada afortunada, el Ebro consiguió ponerse por delante en el marcador con uno de aquellos goles que entran una de cada 1000 veces. Con el paso de los minutos parecía que el equipo empezaba a quitarse de encima los nervios y recuperaba sensaciones, pero en el minuto 20 una jugada de estrategia la aprovecharían los locales para poner el 2-0. Con el segundo gol los de Cazorla sacaron el carácter ya base de entrega y buen juego, consiguieron el 2-1. Eran los mejores minutos del Nàstic, dominando claramente al Ebro. Antes del descanso los granas todavía serían capaces de marcar un nuevo gol para igualar el enfrentamiento.
Con la vuelta de vestuarios fue de nuevo el Nàstic quien dominó el juego, pero de nuevo la suerte se pondría del lado de los aragoneses. En un error defensivo, un centro inofensivo des del medio del campo se acabaría convirtiéndose en el 3-2. A pesar del golpe, los de Cazorla siguieron empujando y disfrutaron de buenas oportunidades para empatar. Con la expulsión de Roger Figueras el guión cambio por completo y con un hombre más los visitantes vieron como el Ebro mataba el partido con un nuevo gol.
El técnico del Juvenil, Manuel Cazorla, destacaba tras el partido la reacción de su equipo tras el 2 a 0 inicial del Ebro. "No hemos empezado el partido como queríamos. Ellos han salido muy directos y nos han encerrado en campo propio. Se han puesto muy pronto por delante con un poco de suerte y a partir de aquí nos ha tocado remar contracorriente. El equipo ha sabido reaccionar y después de 20 minutos muy buenos hemos conseguido empatar el partido antes del descanso. Con el 2-2 hemos tenido muy buenas oportunidades pero al final un error defensivo y la expulsión nos han condenado ".