El Gimnàstic de Tarragona ha empatado a 1 gol contra el Tenerife, en un partido marcado por las adversidades que ha tenido el equipo local. Se trataba del primer partido de César Ferrando como entrenador del Nàstic y se puede decir que el conjunto tarraconense ya tiene un aire distinto. El equipo ha demostrado concentración y una gran actitud defensiva. Muy pronto las cosas se han puesto de cara para el Nàstic, ya que en el minuto 2 Jandro ha aprovechado una jugada colectiva por hacer el primer gol del encuentro. Parecía que los hombres de Ferrando harían valer el tópico de entrenador nuevo, victoria segura, pero, otra vez, una jugada ha marcado decisivamente el ritmo del partido. En el minuto 27 el árbitro del partido, Pino Zamorano ha decretado penalti por unas posibles manos de Tortolero. Ni los jugadores locales ni el público presente en el Nou Estadi podían creer lo que acababa de suceder, puesto que Tortolero tenía las manos enganchadas al cuerpo. El caso es que Ayoze no ha fallado y ha transformado el penalti. Pese al gol visitante, los granas han continuado dominante durante la primera parte del partido. El Tenerife intentaba romper el juego a partir de faltas e aprovechar las contras para adelantarse. En el minuto 6 de la segunda otra decisión aribtral ha hecho desaparecer definitivamente las aspiraciones de los granas en el partido. Dani Tortolero ha visto su segunda tarjeta amarilla. Cabe recordar que la primera ha estado en el polémico penalti de la primera parte. Entonces el Nàstic ha intentado la épica y el Tenerife aprovechar la superioridad numérica, pero se ha encontrado con un Nàstic de lo más ordenado en el terreno de juego. La entrada de Mairata, Medina y Óscar Rubio ha dado aire a los locales, que han dispuesto, incluso, de alguna ocasión para deshacer el empate. Cuando faltaban diez minutos Óscar López, que había visto tarjeta amarilla por habla con el árbitro justo después de que silbara penal, ha visto la segunda amarilla y ha dejado los granas con 9 hombres. Pese a las dificultades, pero, los tarraconenses han conseguido sumar un punto y han demostrado que también pueden ser un equipo agresivo. La mejor recompensa, el aplauso final del público, ejemplar durante todo el partido.