El Gimnástic de Tarragona ha perdido otra ocasión para recortar distancias con los equipos de la zona baja, ya que ha caído goleado en el Nou Estadi por el Vila-real.
Paco Flores sólo disponía de cuatro defensas y eso ha delimitado mucho las opciones del equipo, que ha jugado el partido más flojo de la segunda vuelta en casa.
Los primeros minutos han sido inciertos y parecía que ninguno de los dos conjuntos estuviera dispuesto a jugar a fútbol. Los castellonenses, sin embargo, han sabido aprovechar sus ocasiones, y en el 17′, Pires conducía un contraataque que finalizaba a la perfección el goleador Forlán. Los de la Plana han dado un salto de calidad con la recuperación de Pires, y la sociedad que forman él y Cani asegura fútbol de calidad y toque. Sin embargo, el Vila-real se ha limitado a esperar el Nàstic y a correr detrás de la pelota, esperando sorprender al contra. Por otra parte, los de Paco Flores sólo jugaban por el centro, y eso provocaba un tapón difícil de solucionar. Pocas ideas y demasiadas urgencias, una conjunción difícil de triunfar.
La media parte se veía como un bálsamo para reconducir la situación, y David Cuéllar ha sido el escogido por el entrenador. Y se puede decir que ha habido cierta mejora, ya que las ocasiones han llegado, y a medida que pasaban los minutos, el Vila-real se iba echando atrás, y parecía que el Nàstic podría igualar al partido. Incluso, Rubén Castro ha enviado una pelota al travesaño, y a partir de jugadas a pelota parada también se ha dispuesto de ocasiones, pero éste no era el día de la puntería, más bien el contrario.
Y como si fuera una pesadilla, cuando faltaban diez minutos para el final, Forlán disponía de la segunda oportunidad de los visitantes y hacía el 0 a 2. Muerto el partido, los instantes finales han sido un simple trámite, adornado por un gran gol del chileno Matías Fernández, que ha puesto el único toque de calidad en un partido para olvidar.
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